ESPECIALMENTE PARA AQUELLOS QUE SON PAPÁS...
PARA AQUELLOS QUE HAN RECIBIDO LA BENDICIÓN DE TOMAR ESTE LUGAR...
PARA AQUELLAS MADRES VALIENTES QUE LUCHAN SOLAS Y A QUIENES DIOS LES ASIGNÓ UN DOBLE PAPÉL: ¡Dios les bendiga a todos...!
"Cuando Israel era niño, yo lo amé, y de Egipto llamé a mi hijo. Fui yo quien enseñé a andar a Efraín, y lo tomé en mis brazos; pero no han comprendido que era yo quien los cuidaba. Con cuerdas de ternura, con lazos de amor, los atraía; fui para ellos como quien levanta a un niño hasta sus mejillas o se inclina hacía él para darle de comer" (Os 11,1-4).
Conocemos muy bien a un bebé, muchas veces lo hemos sostenido en los brazos. Su fragilidad despierta en nosotros los más nobles sentimientos de afecto. Sus ojos deslumbrados por la luz y su boca entreabierta que busca el alimento nos hacen apreciar los dones más elementales de Dios para la vida. La ternura con que lo miran sus padres nos hace penetrar en el más puro signo de los valores humanos. Su debilidad lo hace más fuerte que nuestras seguridades de adultos; su invalidez, más deseable que cualquier riqueza; su indigencia más necesaria que nuestras llenuras. Ese bebé es la gloria de sus padres y, me atrevería a decir, es también la gloria de la humanidad: en su pequeñez resplandece, sin velos, todo lo que es más valioso del hombre.
En los padres que lo aman y cuidan de él, desde pequeño descubre la fidelidad y la esperanza. Cuando se sabe querido y se da cuenta de que sus necesidades son atendidas por quienes lo trajeron a este mundo, aun sin poder expresarlo todavía, se va formando la conciencia de que su vida humana es algo muy valioso, un tesoro sagrado que nadie puede arrebatarle.
La paternidad es un don muy valioso que Dios concede a los hombres, de Él los seres humanos debemos aprender a ser padres o madres. Por puro amor Él nos ha dado la vida, sin buscar un interés para sí mismo, excepto la dicha de amarnos como Padre y de vernos crecer como sus hijos. Él nos educa con una ley que no ha impuesto como un capricho de quien tiene el mando, sino solo para nuestro bien, porque de nuestra conducta Él no puede sacar ningún provecho. Como Padre nos ha corregido, con firmeza cuando era necesario, para acogernos de nuevo con misericordia cuando nos hemos alejado. Con amorosa providencia ha estado a nuestro lado en cada momento, con su presencia silenciosa, atendiendo a todo cuanto de verdad necesitamos; pero sin concedernos lo que nos ilusionaba conseguir cuando se trataba de caprichos.
Y es Él quien nos acompaña como el guía del camino por medio de su Hijo ("Yo soy el camino, la verdad y la vida, nadie va al Padre sino por mí", Jn 14,16) hasta que al final de la vida en este mundo entremos a vivir en su casa, que será también la nuestra para siempre. La paternidad divina es la fuente de la paternidad humana.
Un buen padre no da todo hecho a sus hijos. Aquel que dice: "Yo no permito que nunca les falte nada, para que no sufran como yo", en el fondo les está impidiendo construir su propia vida. Con esta conducta los bloquea, de modo que no puedan madurar y aprender a afrontar los problemas que el mundo de seguro les pondrá delante. ¿Y que harán de adultos, cuando ellos deban tomar las riendas de su propia existencia? ¿Y qué cuando el papá les falte? Otra cosa es dar a un hijo lo necesario, sobre todo aquello de que, en su infancia, no es capaz por sí mismo: acompañarlo con cariño, ofreciéndole la orientación conveniente y enseñándole el camino de la moral y de los valores que deben tener peso en sus futuras decisiones.
Un padre digno de ese nombre sabe corregir a su hijo, no para descargar sobre él su ira porque éste no ha obedecido sus órdenes, sino movido por el amor para que el joven inexperto aprenda a evitar lo que le hará daño en su existencia. "Hijo mío, no rechaces la instrucción del Señor ni te enojes por su corrección, porque el Señor corrige a quién ama, como un padre a su hijo predilecto" (Prov 3, 11,12)
DIOS PADRE: NUESTRO AMOR Y EJEMPLO A SEGUIR
Los cristianos podemos descubrir en Dios Padre el único y mejor modelo para ejercer esta bellísima tarea, tratando de aprender de Él sus principales características:
DIOS PADRE ES AMOROSO:
Amor no egoísta sino generador, genera vida y de ahí su Nombre: "Yahvéh", que significa "Yo soy", es decir, "el que hace existir". El padre terreno también genera vida y debe estar abierto a esa fecundidad. Pero como dice el Catecismo de la Iglesia Católica: "la fecundidad… no solo se reduce a la sola procreación de los hijos, sino que debe extenderse también, a su educación moral y a su formación espiritual…" (2221)
"¡Gracias papá, por dar vida y por dar tu vida al entregarte por tus hijos para formarlos y educarlos según la voluntad de Dios!"
DIOS PADRE ES MISERICORDIOSO:
Porque a pesar de nuestro pecado y desobediencia, nos ofrece el perdón y busca que regresemos a Él. El padre de la tierra debe tener siempre presentes las palabras de San Pablo: "…. Y ustedes padres, no irriten a sus hijos, sino para educarlos, usen las correcciones y advertencias que puede inspirar el Señor" (Efesios 6,4) Educar y corregir, siempre con misericordia, como lo hace nuestro Padre del Cielo.
"¡Gracias papá, por aguantar y perdonar los errores y faltas de tus hijos; pero sobre todo, gracias, por corregirlos con amor, cada vez que están en peligro de apartarse del camino de Dios!"
DIOS ES PADRE PROVIDENTE:
Porque nunca se cansa de darnos todo lo necesario para seguir adelante. El padre terreno también provee, pero no basta conseguir para los hijos el dinero necesario para que no les falte nada material; proveer es también dar lo necesario para un desarrollo físico emocional, intelectual y espiritual. Recordando que el dinero debe estar al servicio de la familia, no la familia al servicio del dinero; ya Jesús lo dijo claramente: "… ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero, si pierde su vida…?
"¡Gracias papá, por dar todo lo necesario para comida, vestido, salud, estudios…. y, gracias también por las cosas materiales que has negado, así has enseñado a tus hijos a valorar el producto del trabajo humano, para que sean más conscientes y solidarios con los demás!"
DIOS ES PADRE FIEL:
Porque todo lo que nos promete, nos lo cumple. El papá de la tierra debe ser fiel también a todas sus promesas, comenzando por la que hizo ante el altar un día diciendo "prometo amarte y serte fiel en lo próspero y en lo adverso…" ; los hijos valoran y aprenden de la fidelidad de sus padres, más que de todos las palabras que les pudieran decir.
"¡Gracias papá, por ser siempre fiel a tus promesas; por tu presencia y constancia a pesar de tu cansancio!"
DIOS ES PADRE, GUIA Y MAESTRO:
Porque siempre pone en nuestro camino señales que nos lleven hacia Él y porque a través de su Hijo, nos ha dejado enseñanzas muy claras para vivir de acuerdo a su voluntad. El papá de la tierra es también guía y maestro, como lo dice el Catecismo: "…los padres son los primeros responsables de la educación de sus hijos…. El hogar es un lugar apropiado para la educación de las virtudes…. Es una grave responsabilidad para los padres dar buenos ejemplos a sus hijos." (#2223)
"¡Gracias papá por enseñar a tus hijos a vivir; gracias sobre todo, por enseñarlos a amar a Dios sobre todas las cosas, haciendo del hogar una escuela de virtudes humanas, como el perdón, respeto, fidelidad, servicio, solidaridad…!"
¡FELIZ DÍA DEL PADRE...!
Dios les bendiga, queridos PAPÁS y con una especial dedicación y sentimiento de gratitud y amor a mi PAPÁ y a Dios por conservarlo aún a mi lado....¡GRACIAS PADRE...! ¡DIOS TE BENDIGA, PAPITO...!
CON AMOR EN CRISTO JESÚS:
RILEGUZ - Inentendible amor de Jesús
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por visitar INENTENDIBLE AMOR DE JESÜS. Tù comentario es muy importante para mì asì que, sì te es posible, no olvides agregarlo... ¡Siempre eres y seràs Bienvenido! ¡Dios te bendiga!