Estamos ya en el último Domingo de Pascua, el Sexto. No hay ningún pedazo de la Palabra del Señor, de, los cuatro Evangelistas, en donde de manera alguna, Jesús olvide de mencionar de alguna forma u otra, alguna expresión de Amor. No hay. Sin embargo hay algunas partes, sobre todo el del Evangelista San Juan, que hemos venido tocando en los Evangelios de todos los Domingos de esta Pascua, como particularmente lo hace el de este Día Domingo 13 de Mayo ( Día de la Virgen de Fátima ), El Evangelio del AMOR. Del Amor MUTUO !!!. El del Amor de expresión mutua, como sincera muestra de Amor y Amistad con Jesús. Efectivamente, se han hecho muchas alusiones a esta parte del Evangelio de Juan que dice textualmente las palabras maravillosas del Salvador: " Que no hay mayor AMOR, que el que se ofrece por un Amigo" y es lo mas cierto y claro de la Palabra: Jesús lo hizo. Su origen es precisamente, este Evangelio de Juan. El Amoroso Evangelista y Teólogo, San Juan. Y es que Jesús siempre predicó anteponiendo El Amor a toda otra virtud o circunstancia. Jesús plasmaba el Amor como la mayor Bondad que podría expresar el Ser Humano y mas cuando esta era la expresión de un Hombre a su Prójimo. A otro ser Humano. Esta era la Mayor expresión de Trascendencia que ser Humano alguno podría experimentar o sentir. Amar y sentirse Amado. Como nos insistió Jesús en su Palabra de que de "Esto se trataba todo". En el Amor esta resumido TODO !!!!!
Dice la Reflexión:
El mandamiento nuevo del amor va a caracterizar a los creyentes en medio del mundo. Este amor mutuo es la señal de la amistad con Jesús. El hombre entra en el círculo de los amigos de Jesús, alejándose del círculo de esclavo, porque participa de la intimidad de Jesús al compartir los secretos que Él ha recibido del Padre.
Y no hay amor más grande que el que da la vida por los amigos. Sólo en este círculo de enseñanza y de experiencia se entiende la formulación ofrecida por el evangelista. Se trata de un amor mutuo, interpersonal, creativo.
Todas las personas son valoradas con otros baremos. Por eso son invitados a participar de esta experiencia todos los creyentes sin excepción. Y si el hombre actual necesita volver a las raíces de la alegría profunda y verdadera, necesita aún con más urgencia, el compromiso ético de una relación interpersonal que supere todas las barreras que la impiden.
Ángel Fontcuberta
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14 Vosotros sois mis amigos,
si hacéis lo que yo os mando.
15 En adelante, ya no os llamaré siervos, porque el siervo no conoce lo que hace su señor.
Desde ahora os llamo amigos, porque os he dado a conocer todo lo que he oído a mi Padre.
12 Mi mandamiento es éste:
Amaos los unos a los otros,
como yo os he amado.
13 Nadie tiene amor más grande que quien da la vida
por sus amigos.
En este se encierra y resume todo mandamiento
de la Ley de Dios !!!
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AL ESTILO DE JESÚS
Jesús se está despidiendo de sus discípulos. Los ha querido apasionadamente. Los ha amado con el mismo amor con que lo ha amado el Padre. Ahora los tiene que dejar. Conoce su egoísmo. No saben quererse. Los ve discutiendo entre sí por obtener los primeros puestos. ¿Qué será de ellos?
Las palabras de Jesús adquieren un tono solemne. Han de quedar bien grabadas en todos: "Éste es mi mandato: que os améis unos a otros como yo os he amado". Jesús no quiere que su estilo de amar se pierda entre los suyos. Si un día lo olvidan, nadie los podrá reconocer como discípulos suyos.
De Jesús quedó un recuerdo imborrable. Las primeras generaciones resumían así su vida: "Pasó por todas partes haciendo el bien". Era bueno encontrarse con él. Buscaba siempre el bien de las personas. Ayudaba a vivir. Su vida fue una Buena Noticia. Se podía descubrir en él la cercanía buena de Dios.
Jesús tiene un estilo de amar inconfundible. Es muy sensible al sufrimiento de la gente. No puede pasar de largo ante quien está sufriendo. Al entrar un día en la pequeña aldea de Naín, se encuentra con un entierro: una viuda se dirige a dar tierra a su hijo único.
A Jesús le sale desde dentro su amor hacia aquella desconocida: "Mujer, no llores". Quien ama como Jesús, vive aliviando el sufrimiento y secando lágrimas.
Los evangelios recuerdan en diversas ocasiones cómo Jesús captaba con su mirada el sufrimiento de la gente. Los miraba y se conmovía: los veía sufriendo, o abatidos o como ovejas sin pastor. Rápidamente, se ponía a curar a los más enfermos o a alimentarlos con sus palabras. Quien ama como Jesús, aprende a mirar los rostros de las personas con compasión.
Es admirable la disponibilidad de Jesús para hacer el bien. No piensa en sí mismo. Está atento a cualquier llamada, dispuesto siempre a hacer lo que pueda. A un mendigo ciego que le pide compasión mientras va de camino, lo acoge con estas palabras: "¿Qué quieres que haga por ti?". Con esta actitud anda por la vida quien ama como Jesús.
Jesús sabe estar junto a los más desvalidos. No hace falta que se lo pidan. Hace lo que puede por curar sus dolencias, liberar sus conciencias o contagiar confianza en Dios. Pero no puede resolver todos los problemas de aquellas gentes.
Entonces se dedica a hacer gestos de bondad: abraza a los niños de la calle: no quiere que nadie se sienta huérfano; bendice a los enfermos: no quiere que se sientan olvidados por Dios; acaricia la piel de los leprosos: no quiere que se vean excluidos. Así son los gestos de quien ama como Jesús.
José Antonio Pagola
Bilbao - España
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13 de mayo de 2012
6 Pascua (B)
Juan 15,9-17
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Con todo Aprecio y Afecto !!!
Mario R.L.
Especial gratitud para Cardio L'Día
Dr. Mario R.L.
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